«Zero Waste» En estos días es más común toparnos con gente preocupada por el medio ambiente, que han comenzado, no solo a hacer conciencia sobre el problema que amenaza hoy, si no que han puesto manos a la obra y aplicado acciones en su día a día que aminoren su impacto en el planeta y disminuya su huella ambiental.
Instagram, youtube o twitter son algunas plataformas en donde personas de todas las edades, nacionalidades y clase social comparten tips, tiendas, restaurantes o actividades en pro de la ecología. Posiblemente hayas notado que en los hashtag que comentan hay un tal “#zerowaste”.
El Zero Waste, o en español, cero residuos, es un movimiento cuyo objetivo es reducir de manera importante los residuos que producimos a diario. Esto, va pegado con una filosofía que invita a reducir las pertenencias materiales para poder enfocarnos en las cosas importantes, en el presente y el ahora. Ser y no tener.
Para y por el ‘Zero Waste’
Si bien, este movimiento no es nuevo, y muchas personas han vivido de esta manera desde hace décadas, el movimiento comenzó a ser reconocido gracias a algunas personas. Entre ellas destaca Bea Johnson de origen francés, quien a través de libros y conferencias comparte como ella y su familia han adoptado este estilo de vida.
Bea recomienda tomar ciertas acciones específicas para poder hacer eficaz este movimiento y llevarlo a la práctica. Renueva la regla de las tres R’s (reducir, reciclar y reutilizar). Ahora serán: Refuse (rechazar lo que no necesitamos); Reduce (reducir lo que poseemos); Reuse (reutilizar lo que ya tenemos en lugar de consumir más); Recycle (reciclar y reparar con lo que ya contamos para sacarles un nuevo uso); y por último Rot (compostar materia orgánica o compostable).
Las acciones diarias van desde utilizar bolsas de tela para hacer la compra, cargar con un termo para evitar las botellas de plástico, comprar a granel; hasta utilizar pañales de tela, usar la copa menstrual, comprar en segunda mano, cambiar el auto por la bici o el transporte público y evitar comprar o consumir cualquier producto que contenga plástico.
Evidentemente se requiere de compromisos y sacrificios para lograr este propósito, no obstante, el planeta está gritando ayuda y no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Hemos llegado a un momento crítico donde no hay pero que valga para comenzar a actuar.
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