Catia Lattouf de Arida vive en Polanco y desde hace 11 años rescata y cuida colibríes heridos y huérfanos en el departamento que ha habilitado como hospital para las pequeñas aves.
A sus 73 años, Catia busca honrar a la vida y a la naturaleza al brindar su ayuda a estas aves místicas que son tan apreciadas por la gente.
Tras superar el cáncer de colon hace diez años habilitó este refugio y santuario, en donde rescata y cuida a colibríes heridos y huérfanos. Desde su fundación, y con la ayuda de su asistente Cecilia, han atendido a varios ejemplares que en muchas veces están moribundas.
Asimismo, tiene habilitado un espacio especial que brinda tratamiento especial a diversas especies de aves que ya no pueden volar. Gracias a su experiencia, da consultas a través de WhatsApp.
El hospital de Catia también es un refugio para aves que no logran recuperarse y nunca más pueden volar. Para ellas se habilitó un espacio donde reciben atención pertinente hasta que mueren.
“Ningún colibrí se mueve sin despedirse de mí, entonces toda la noche no pasa nada pero en la mañana lo veo, lo agarro en mi mano, me ve, agoniza y se va, muere en mi mano”, asegura.
“Aprendí a cuidar los colibríes, investigué, hablé con biólogos en el mundo y que sabían mucho de colibríes”, asegura Lattouf.
Poco a poco, cuenta, fue llenándose de información y su fama de rescatista se extendió de boca en boca hasta que un día un par de jóvenes le llevó un colibrí para que lo ayudara y, al ver todos los cuidados y experiencia que tenía, hicieron un vídeo que se viralizó en TikTok.
