La guerra entre Israel y Hamás se ha convertido en el mayor conflicto entre israelíes y palestinos en los últimos 50 años.
Todo comenzó el pasado 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa contra Israel, asesinando a más de 1.400 personas, la mayoría civiles, y secuestrando a más de 200.
Desde entonces, Israel ha llevado a cabo una extensa campaña de bombardeos sobre la Franja de Gaza y un férreo bloqueo en el territorio, que ha dejado más de 4.000 muertos y cientos de miles de desplazados, que carecen de suministros básicos para sobrevivir.
El conflicto amenaza con extenderse más allá de las fronteras de Israel y Gaza y es el principal foco de la actualidad mundial.
El estallido, que al momento ha demostrado una violencia inusual incluso para los niveles de este enfrentamiento histórico, está acaparando la cobertura global y el mundo, agotado por las eternas novedades bélicas de Ucrania, parece adentrarse en otra guerra de alcance impredecible.
Han sido días de caos y furia, luego de que los combatientes de Hamas lanzaran un brutal ataque por aire, en la forma de miles de cohetes, y por tierra, ejecutado por grupos armados que asolaron el sur de Israel, matando y secuestrando a miles de civiles israelíes.
Dos día después del ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron haber finalmente retomado el control de las comunidades israelíes en torno a Gaza que fueron atacadas, pero la guerra, que el primer ministro Benjamin Netanyahu auguró será «larga y difícil», podría estar entrando en una nueva fase.