Mientras que en España y Europa los sistemas de conducción autónoma avanzan a paso lento, en Estados Unidos han estado en uso en las carreteras durante más tiempo. Es común ver taxis sin conductor y muchos conductores de Tesla confían en el Autopilot. Sin embargo, su popularidad no garantiza su seguridad absoluta.
Los accidentes asociados al Autopilot son frecuentes, y las demandas contra Tesla por parte de los afectados son comunes. Muchos usuarios han reportado situaciones de frenado brusco y aceleración al estacionar, evidenciando las fallas en esta tecnología. A pesar de las afirmaciones de Tesla de que los conductores no utilizaron el modo autónomo de manera responsable, una investigación federal sugiere que el problema va más allá.
Un informe de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos ha analizado los accidentes involucrando vehículos Tesla desde 2018 hasta 2023. Este reporte concluye que en al menos 13 accidentes fatales, el Autopilot de Tesla jugó un papel importante.
Tras la retirada de dos millones de vehículos, las autoridades federales iniciaron una investigación exhaustiva para entender las deficiencias del Autopilot. La NHTSA determinó que el nombre del sistema genera una falsa sensación de seguridad, lo que lleva a los conductores a confiar demasiado en él y descuidar su atención en la conducción.
En 13 de los accidentes mortales investigados, la agencia federal encontró «brechas de seguridad críticas» en el Autopilot, indicando que el sistema no está listo para ser utilizado sin la participación activa del conductor.
La responsabilidad por estos incidentes recae tanto en los conductores, que no prestan suficiente atención durante el uso de esta tecnología, como en el Autopilot mismo, que no es lo suficientemente seguro para ser comercializado como un sistema de conducción autónoma sin supervisión.
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