En un giro preocupante, activistas y ambientalistas han documentado el impacto ambiental del Tramo 5 del Tren Maya en la Península de Yucatán. El proyecto, que busca conectar Playa del Carmen con Tulum, está siendo cuestionado por las perforaciones realizadas en las cavernas subterráneas del sistema Aktun T’uyul. A pesar de la intención original de proteger suelo, cenotes y ríos subterráneos, las perforadoras han invadido las cuevas que albergan parte del sistema acuífero maya.
El equipo de Sélvame del Tren se embarcó en la documentación de los trabajos de construcción a fines de 2023 y descubrió perforaciones sobre la cueva Oppenheimer, vinculada a la caverna de Las Manitas en Aktun T’uyul. Estas perforaciones buscan instalar pilas de concreto cubiertas de acero como soporte sobre el agua potable del sistema, pero los activistas argumentan que esto conlleva a la contaminación del sistema acuífero maya, ya que el acero se disolverá en el agua.
Hasta el 29 de diciembre de 2023, al menos tres perforaciones en las cuevas del sistema Aktun T’uyul han sido documentadas. El consultor en calidad de agua, Guillermo DChristy, señala que esta actividad podría tener consecuencias perjudiciales para el agua potable de la región. Con más de 122 cuevas y cenotes identificados en el trazo del Tramo 5, el impacto ambiental se torna aún más preocupante.
La construcción del Tramo 5 ya había experimentado cambios de ruta debido a su impacto en Las Manitas, pero las perforaciones han terminado afectando la cueva Oppenheimer. La situación plantea desafíos significativos para la planificación de una construcción que atraviesa las complejas redes acuíferas subterráneas de la península. El deterioro del ecosistema local y la contaminación del agua potable emergen como consecuencias directas de estas acciones, generando críticas y preocupaciones entre defensores del medio ambiente y la comunidad en general.