Un litro de aceite puede llegar a contaminar hasta mil litros de agua. Esto es un gran impacto para el medio ambiente. En realidad, la manera responsable de deshacerse del aceite es reciclarlo en contenedores y llevarlo a centros de acopio.
Cuando tiramos el aceite por el drenaje, al combinarse con otras substancias como el jabón, se crean bolas de grasa que se quedan atascadas en las tuberías y puede provocar malos olor, e incluso inundaciones en toda la colonia.
La alternativa responsable es esperar a que el aceite se enfríe y verterlo en un recipiente de plástico, cerrarlo, y cuando se hayan juntado suficientes tarros, acudir a un «centro limpio».
