Este 20 de enero de 2025, Donald Trump juró como el 47° presidente de los Estados Unidos en una histórica ceremonia en la Rotonda del Capitolio, en Washington D.C. Por primera vez en 40 años, el acto de investidura no se celebró en las escalinatas tradicionales, sino dentro del edificio, debido a las bajas temperaturas extremas. Trump prometió, con la mano sobre la Biblia, defender la Constitución y liderar al país con firmeza y determinación.
Un discurso de renovación y orgullo nacional
En su discurso inaugural, Trump destacó que Estados Unidos volverá a ser una nación respetada y envidiada por todo el mundo. Subrayó que su gobierno se enfocará en poner a su país primero, recuperar la soberanía y restaurar la seguridad. Además, afirmó que está convencido de que Estados Unidos está al borde de una nueva era de prosperidad y éxito sin igual, mencionando incluso los retos personales que ha superado en el camino.
Primeras medidas ejecutivas para la transformación
Apenas asumido el cargo, Trump firmó varias órdenes ejecutivas que definen su agenda. Entre las más destacadas se encuentran la declaración de emergencia nacional en la frontera sur, el restablecimiento de políticas migratorias estrictas y la designación de los cárteles como organizaciones terroristas. También abordó temas como la libertad de expresión, la reforma comercial y la creación de políticas energéticas nacionales.
Un día de tradición y reflexión
Antes de su investidura, Trump participó en una ceremonia religiosa en la iglesia episcopal de Saint John, una tradición para los presidentes electos. Posteriormente, junto a Melania Trump, se reunió con los salientes Joe y Jill Biden en la Casa Blanca para compartir un té en señal de transición pacífica. La jornada culminó con bendiciones de líderes religiosos, reflejando un clima de unidad y esperanza en este nuevo comienzo para Estados Unidos.
