El calentamiento global, la basura desbordada, los mares contaminados y la extinción de especies animales nos han alertado a tal grado que las políticas de muchos países están cambiando.
Nuestra consciencia por el medio ambiente ha aumentado, es cada vez más visible entre la población. Sin embargo, como suele pasar, muchas empresas se han colgado de este problema para beneficiarse económicamente.
Sabemos que el marketing siempre presenta controversias, pues en muchas ocasiones se cuelga de movimientos sociales que nada tienen que ver con el consumo.
El concepto greenwashing, en traducción literal, significa «lavado verde». Es maquillar la forma de producción que tienen las empresas para crear un producto, es disfrazar la realidad.
Así, las empresas agregan una imagen ecológica a sus productos, utilizando el color verde y texturas naturales, aludiendo a la sustentabilidad y protección del medio ambiente, pese a que sus prácticas no procuran en lo absoluto esta parte.
Coca-cola con etiqueta verde, cepillos dentales con caja verde, agua embotellada con publicidad verde, entre otros productos del mercado, son un total engaño, pues el producto en sí, no tiene ningún sustento ecológico.