¿Te imaginas que la medida que se tomara para terminar con una pandemia fuera contagiar a toda la población? Así, se generaría inmunidad y protección en cada habitante.
El ministerio de Salud de Suecia utilizó esta técnica para enfrentar la pandemis de coronavirus. No hubo cuarentena, los espacios públicos continuaron abiertos, y los ciudadanos pudieron moverse libremente.
La inmunidad de grupo o inmunidad de rebaño consta en dejar e incluso provocar que el virus se propague por toda la población. No obstante se protege a las personas vulnerables como ancianos y enfermos crónicos.
Cuando un número suficiente de personas, al rededor del 70 por ciento, quedan protegidas ante el virus, después de haberlo contraído y superado ya se de manera clínica o subclínica. Así, el virus no encontrará facilmente personas susceptibles a las que infectar, por lo que la transmisión se cortaría.
No obstante esta medida ha fallado, pues se descubrió que en Estocolmo, solo el 7 por ciento de la población desarrolló inmunidad. Esto puede deberse a que esta inmunidad de grupo necesita circunstancias específicas que en el caso del SARS-CoV-2 son aún desconocidas.